Es una gran mentira que «no se puede perder la salvación».
La salvación «se pierde».
NO PORQUE DIOS FALLE, o que su evangelio sea deficiente, o porque las promesas de la Palabra de Dios sean mentiras, o porque le falte poder al Espíritu Santo.
La salvación se pierde, PORQUE EL HOMBRE FALLA (2Tim. 2:13), porque su evangelio es olvidado (2P. 1:9), porque se duda de la Palabra y de las promesas (2P. 1:3-8), porque se juega con el pecado, le cedemos terreno al diablo y a causa de todo esto el Espíritu Santo es contristado de nuestras vidas. (Ef. 4:28-32)
PUEDES PERDER LO QUE RECIBISTE DE DIOS, ¡PERO NO SERÁ CULPA DE DIOS, SINO TOTALMENTE TUYA!
IREMOS AL INFIERNO DE TORMENTO ETERNO, ¡PERO NO SERÁ CULPA DE DIOS, SINO TOTALMENTE TUYA!
PERO SI VENCES, ENTRARÁS AL CIELO ¡PERO NO SERÁ POR TUS MERITOS O TUS HECHOS, SINO POR LA OBRA COMPLETA DE DIOS EN LOS MERITOS DE CRISTO!
LA SALVACIÓN «NO SE PIERDE» EL QUE SE PIERDE ERES TU.
Ahora si hablamos de que la «salvación no se pierde» (refiriendonos a QUE EXISTE UNA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN) esto es verdad. El Espíritu no deja de darnos garantías de la seguridad en la salvación de Dios.
Estoy consciente que me puedo perder. Aún con el conocimiento de la verdad y de la fidelidad de Dios; pero también tengo clara la advertencia: Cuida con temor y temblor tu salvación. Así que Dios perdona mucho y es fiel, pero no olvida los pecados que se hacen con conocimiento y sin arrepentimiento y sin confesión. (Fil. 2:11-13, Heb. 10:28-31; 12:14)
El Dios Eterno y Padre del cielo nunca falla ni le fallará a nadie; somos nosotros los que fallamos.
ORA A DIOS DE TODO CORAZÓN Y DILE: PADRE AYUDAME A HACER TU VOLUNTAD, HAZME CADA VEZ MÁS COMO CRISTO, DAME LAS FUERZAS PARA AFERRARME A TU VERDAD Y QUE NADA ME APARTE DE TI, EN EL NOMBRE DE JESÚS, TU HIJO, MI REY, MI SALVADOR DE HOY Y SIEMPRE. ¡AMEN!
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